lunes, 21 de marzo de 2011

Lanchitas



Escrito por José María Roa Barcena (1827-1908). Publicado en 1878 en el libro del mismo título. Leído en la "Antología crítica  del cuento hispanoamericano del siglo XIX" de José Miguel Oviedo, Alianza Editorial, Madrid 1989.

Se puede leer aquí:
www.utpa.edu/faculty/jmmartinez/Cuentos/cueroalanchitas.pdf

Se le llamó el Poe mexicano, porque cultivó los temas de misterio y suspenso.

"Lanchitas" es un relato de lo sobrenatural, que parece basarse en una leyenda urbana que corría por la ciudad de México.
Narrado con prosa muy elegante, con indiscutible maestría, narra el sucedido que va a transformar al cura protagonista, Lanzas, de sacerdote ilustrado a "pobre de espíritu" y por lo tanto bienaventurado, según los Evangelios.
Es un relato de curiosa novedad. Siendo un relato de supuesto aparecido con presunta intervención divina corría por tanto el peligro de convertirse en mera crónica milagrera, pero el jalapeño evita, con sobriedad y sentido del misterio cualquier atisbo del empalago propio de cierta literatura hagiográfica de la época. La certidumbre de lo sobrenatural la proporciona un detalle de exquisita simplicidad: el encuentro con un pañuelo abandonado.

Surge en segunda y tercera lecturas varias ambiguedades: una, en conexión con lo anterior; el ámbito del milagro presenta una extraña pátina de sordidez, y en el sudodicho pañuelo no se encuentran precisamente las rosas de Juan Diego y la Virgen de Guadalupe. Lo que hay es el polvo de los siglos y de la muerte, así como el tufo a estancia clausurada durante años. Consideremos también la supuesta potencia angélica que sirve de cicerone al Padre Lanzas, a la que se describe como "una vieja miserablemente vestida".  Roa Barcena, hombre creyente y conservador, supo sin embargo, como artista genuino que era, mostrar el mundo cerrado y axfisiante del catolicismo en su manifestaciones más lóbregas

 Otra ambigüedad es sobre el efecto que lo divino tiene en el protagonista. Hay la lectura, sin duda la explícita en el relato, de que  Lanzas se convierte en Lanchitas y abandona cualquier pretensión de conocimiento y se sumerge en la acción caritativa. Pero se podría entender, y ahí algún apunte en el texto, que el golpe de lo sobrenatural es tan brutal que lo reduce a un bondadoso estado de simpleza, cercana al retraso mental. Lanchitas salvaría el alma, que quizás iba por mal camino en su vida de cura ilustrado, relajado y jugador, pero a costa de mostrar, en su vida terrenal posterior, "la huella de la garra de Dios", como dijo Baudelaire.


La plaza del Zócalo, en los años veinte o treinta del siglo XIX, que es cuando Roa Barcenas ubica su historia.
Enfrente del palacio  se encuentra el mercado del Parián, demolido en 1843.

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